LA INVITACIÓN DIVINA: UN TESORO MÁS VALIOSO QUE MIL OPORTUNIDADES MUNDANAS

Comentario al Evangelio del 2025-08-21

Jueves XX semana del Tiempo Ordinario

Hay momentos en la vida que son como un ‘ichigo ichie’ (una ocasión única e irrepetible), ¿sabes? Esta parábola nos recuerda que Dios nos invita constantemente a su banquete, a una experiencia de amor y plenitud, pero muchas veces estamos tan ocupados con nuestros pequeños asuntos que pasamos de largo.

La imagen del rey que prepara un banquete me hace pensar en cómo nuestra cultura japonesa valora tanto la hospitalidad y el honor de una invitación. Imagina rechazar una invitación tan especial como la de Dios, prefiriendo quedarte en tus tierras o negocios. Es como si alguien rechazara una ceremonia del té (chanoyu) después de haber sido cuidadosamente preparada.

Lo más impresionante es que Dios no se rinde. Cuando los primeros invitados rechazan su convocatoria, sale a los caminos y llama a todos: buenos y malos. Su misericordia es más grande que nuestras limitaciones.

El detalle del vestido de boda nos enseña algo profundo: no basta con estar presente, hay que estar preparado internamente, con el corazón dispuesto.

Hoy te invito a estar atento a la invitación divina. No dejes pasar tu ‘ichigo ichie’ con Dios.