LOS TESOROS DEL CIELO NO CADUCAN JAMÁS

Comentario al Evangelio del 2025-08-03

XVIII Domingo del Tiempo Ordinario (C)

¿Sabes? En la cultura japonesa existe un concepto llamado ‘mono no aware’ (物の哀れ), que habla sobre la belleza efímera de las cosas. Y justo eso es lo que Jesús nos recuerda hoy: la vida material es transitoria, como los cerezos que florecen un instante y luego se desvanecen.

El Evangelio nos cuenta la historia de un hombre que confía ciegamente en sus riquezas. Construye graneros más grandes, acumula bienes y se cree seguro. Pero Dios le dice: ‘Esta noche te reclamarán el alma’. Es como si nos dijera: ¿De qué sirve acumular si lo material se desvanece?

La invitación es profunda: inverti tu tiempo y corazón en lo que realmente importa. No en cosas que se deterioran, sino en relaciones, en amor, en compasión. En esos ‘tesoros del cielo’ que ninguna polilla destruye y ningún ladrón puede robar.

Hoy te desafío: Detente un momento y pregúntate qué estás acumulando realmente. ¿Riquezas materiales o riquezas del espíritu?