EL AMOR SUPERA TODAS LAS HERIDAS
Comentario al Evangelio del 2025-09-18
Jueves XXIV semana del Tiempo Ordinario
¿Sabes? A veces la vida nos deja cicatrices que parecen imposibles de borrar. Esta mujer de la historia nos muestra algo hermoso: no importa cuántos errores hayamos cometido, el amor de Dios es más grande que nuestros pecados. Como en el concepto japonés de kintsugi, donde las piezas rotas se reparan con oro, Dios transforma nuestras heridas y fragilidades en algo precioso.
La escena del Evangelio es conmovedora. Mientras el fariseo Simón juzga, Jesús ve el corazón de la mujer. Ella no habla, pero sus lágrimas, sus gestos, su amor radical lo dicen todo. No busca justificarse, solo mostrar gratitud por la misericordia recibida. Es como el espíritu de omoiyari en la cultura japonesa: una empatía profunda que va más allá de las palabras.
La invitación es clara: dejémonos amar por Dios tal como somos. Permitamos que su amor infinito sane nuestras heridas, transforme nuestra historia. Hoy, dedica un momento a sentir ese amor incondicional. Abre tu corazón y permite que Dios te mire con ternura.
