EL VERDADERO PODER ESTÁ EN SERVIR, NO EN DOMINAR.

Comentario al Evangelio del 2025-07-25

Santiago Apóstol

La verdad es que este Evangelio nos da una lección que, aunque parece sencilla, cuesta mucho vivirla. La madre de Santiago y Juan pide para ellos los primeros puestos en el Reino, y Jesús les responde con una pregunta que nos interpela a todos: «¿Podéis beber el cáliz que yo he de beber?». Es como si nos preguntara: «¿Estás dispuesto a vivir como yo, a amar hasta el final, a servir sin esperar nada a cambio?».

En Japón, hay un concepto llamado «おもてなし» (omotenashi), que es la esencia de la hospitalidad y el servicio desinteresado. No se trata de quedar bien, sino de cuidar al otro con el corazón. Jesús nos invita a vivir así, a ser «servidores» y «esclavos» de los demás, no por obligación, sino por amor. ¿Sabes? Es como el samurái que sirve a su señor con lealtad, pero en nuestro caso, el «señor» es el amor y la humildad.

Los otros discípulos se indignaron, pero Jesús les recuerda que en su Reino no hay lugar para la ambición egoísta. El poder que Él nos ofrece es el poder del servicio, el que transforma vidas y construye comunidad. Hoy, en un mundo donde todos quieren ser los primeros, Jesús nos llama a ser los últimos, a encontrar la grandeza en lo pequeño, en lo cotidiano.

¿Y tú? ¿Cómo puedes servir hoy a los que te rodean? Tal vez con una sonrisa, escuchando a alguien que lo necesita, o haciendo algo sin esperar reconocimiento. Pequeños gestos que, como el omotenashi, reflejan el amor de Dios.