LA GRACIA NO SE MIDE POR EL TIEMPO, SINO POR EL AMOR
Comentario al Evangelio del 2025-08-20
Miércoles XX semana del Tiempo Ordinario
Bueno, la vida espiritual es un poco como el hanami en Japón, ¿sabes? Durante la floración de los cerezos, no importa si llegas temprano o tarde al parque, todos pueden disfrutar de la misma belleza.
En esta parábola, Jesús nos invita a una lección profunda sobre la misericordia. Es fácil caer en la trampa del orgullo religioso, como esos jornaleros que se sienten superiores por haber trabajado todo el día. Pero el Señor nos recuerda que su amor no funciona con cronómetro, sino con el corazón.
La verdadera alegría no está en compararnos, sino en celebrar que cada persona encuentra su camino hacia Dios. Sea que alguien haya sido cristiano desde niño o que llegue en el último momento de su vida, lo importante es la conversión del corazón.
Así que hoy te invito a algo sencillo: mira con buenos ojos a quien recién se acerca a la fe. Acógelo, acompáñalo, celebra su llegada como si fuera un regalo inesperado. Porque en el reino de Dios, todos somos igualmente amados.