UN HILO DE ESPERANZA: DE GENERACIÓN EN GENERACIÓN

Comentario al Evangelio del 2025-09-08

La natividad de la Santísima Virgen María

Sabes, cuando miramos esta genealogía de Jesús, me recuerda un poco al concepto japonés de keizu (系図), el árbol genealógico que tanto valor tiene en la cultura nipona. Cada nombre aquí no es solo una marca en un papel, sino un eslabón vivo en una cadena de promesas divinas que atraviesa siglos.

Es como un camino largo y sinuoso, donde cada persona es un paso más cerca de la gran revelación. Imagina cada generación como un pequeño río que va confluyendo poco a poco hacia un gran océano de esperanza. Abraham, Isaac, Jacob, David… cada uno llevando en sus espaldas una parte de una historia más grande que ellos mismos.

Lo fascinante es que Dios no trabaja con personas perfectas. Mira la genealogía: hay reyes, pastores, mujeres extranjeras, personas con historias complicadas. Todos son parte del plan. Es como decir que en la vida de cada uno, por imperfecta que sea, hay un propósito.

La promesa se cumple no de golpe, sino pacientemente, generación tras generación. Como en el zen, donde se valora el proceso más que el resultado final, aquí también vemos que la historia de salvación es un camino, no un momento.

Hoy te invito a mirarte a ti mismo como parte de esta gran historia. ¿Qué promesas estás ayudando a construir con tu vida?